lunes, 7 de agosto de 2017

Carta 24 - Una canción sin sonido

Vuela el aire por las calles,
Y me llena cuando inspiro y vive de tu expirar.
Se estrella en mis andares,
Se impulsa en tu cabello, al caminar

Giran las flores a tu sombra,
Y con ellos media humanidad.
Y cambian de calle cuando paso,
La otra mitad.

Pero dime, que peligro existe,
si fingimos una noche que me conociste?
A mi, nadie me lo creería, a ti, todos te lo reirían.
Así que dimes pues. Nos arriesgamos tal vez?

Te he visto pasar una vez tras otra,
Y tu nariz me ha hablado de tus enfados,
Tus pasos, de cada engaño,
Y mis ojos han oido que te cuesta respirar

Así que ven conmigo, a lugares donde nada importa,
Te mostrare rincones, sin espejos en los ascensores.
Canciones que huelen secretos que necesitas llorar,
caliéntate con la luna, ven conmigo a caminar

Y dime, que peligro existe,
si fingimos una noche que me conociste?




miércoles, 5 de octubre de 2016

Carta 23 - Vidas

"No me han dejado solo, no; Estoy enfermo.

Ahora duermo con otro hombre, aunque él nunca sale de su cama.
Me mira. No se cómo los ojos de alguien pueden esconderse tan al fondo de la cara. Creo, que si se levantase de la cama, se le romperían las piernas.

Llora, ríe, canta, ronca, sopla, calla y se ahoga todas las noches.

Por las mañanas ya no decido a que hora me levanto. Tampoco decido qué almuerzo. Suerte que al menos puedo escoger la camisa.
Nada que decir del resto de comidas.

A veces me quejaba de los coches... ahora vivo entre sillas de ruedas.

He trabajado toda mi vida. Amado a mi mujer. Criado a mis hijos. Vengado mis cosas y mentido cuando ha hecho falta.
He levantado tanto carbón que mi columna está algo aplastada. Y una vez, llevar comida a casa me costó un dedo. Y la paz de mi madre, una guerra.

Qué espero?
Aquí estoy yo, allí ellos.

Cómo espera la gente que sonría? Cómo quieren que siga amando la vida? Cómo, abandonado? Cómo, solo? Cómo... cansado?

Ya no tengo energía, y la poca que pudiese quedarme, se la traga cada pañal, cada papilla, cada pastilla, cada silla, cada bastón, cada dentadura, cada caída, cada visita de 10 horas al hospital, cada ojo ciego, cada mente que ya no me acompaña, cada vez que me sacan de paseo.... cada vez que me devuelven.

-Pero sonríaaa!! si tiene una familia que le quiere!!-
-Pero si no está tan mal para la edad que tiene! He visto gente mas joven que usted mucho peor!!-
-Aiiixxxx... no diga esas cosas! con el día tan bonito que hace!-

Estoy cansado.
Pero no; Estoy enfermo
No necesito pastillas.
Estoy solo, no; Estoy enfermo"

miércoles, 29 de junio de 2016

Carta 22 - El pequeño Tim

"Tim era un niño como cualquier otro.
A sus 8 años todo en cuánto pensaba era en correr por los campos alrededor de su casa, jugar con las gallinas, comer galletas a escondidas y tratar de saltarse el colegio y las comidas con verduras.

Como cualquier otro, a Tim le gustaba alargar las noches todo lo posible hasta que sus párpados llegasen al fallo muscular y no quedarle otra que seguir la aventura mas allá de esta realidad.
Para él, su cama era en realidad un cuartel general, un avión, un barco pirata, y cada noche un mundo de posibilidades.
No es de extrañar, que a pies de su cama y en las cajoneras de los lados, hubieran guardadas todo tipo de "herramientas" , "armas" y esas cosas que por ahora no parecían tener una utilidad específica pero que, sabia, en su momento la tendría.

Y así fue, como después de huir en su coche de carreras de aquel terremoto que arrasó toda la cuidad, y salvando consigo a esa chica guapa tan parecida a alguna compañera de clase, Tim terminó su última aventura igual que todas las demás. Quedándose dormido en una postura que a ningún adulto le podría parecer cómoda.

Si Tim hubiera tenido un despertador en su mueblecillo hubiera podido saber que hora era.
Así que lo único que supo en cuánto a eso, era que aún era de noche cuando un suave temblor le despertó.
Intento imaginar que sería aquello, pero no se le ocurrió nada.
Un coche? un tigre? la guerra? un monstruo gigante come-niños que nadie creería que existía pero que ahora iba directo a su granja a por él porque ya no le quedaban niños en sus almacenes desde su última expedición?
Abrió el cajón donde sabía que guardaba medio prismático y fue directo a la ventana.
No vio nada. Y el temblor creció.

Entonces, algo empezó a iluminar su casa desde atrás, pasó por encima y siguió por delante medio cegándole con un luz azulada de una intensidad que le recordó la luz antiniebla del camión de su padre.
Finalmente, ese -objeto volador no identificado- se adentró en la zona boscosa de enfrente de casa para apagarse, cediendo con ello el temblor.

Seguramente, si su madre le hubiera tomado el pulso en ese momento habría llamado inmediatamente a una ambulancia. Parecía que se le fuera a salir el corazón del pecho. No daba crédito a lo que acababa de suceder.
Así que, habiendo pasado ya todo, dio media vuelta, se tumbó otra vez en la cama y se durmió.

....(puesclaroqueno)

Escopeteado, Tim se lió a abrir cajones y meter todo cuánto pudo en su mochila de explorador mientras su mente ya llevaba rato explorando en el bosque y calculando todas las posibilidades. Casi todas ellas, terminaban en vender lo que quiera que fuera eso, haciéndose rico, y comprando helados y juguetes en cantidades exageradas.
Una vez terminada la mochila, vestido con sus ropas de soldado, y linterna en mano (y su muñeco favorito en el bolsillo) Tim se saltó mas de 58 normas diferentes saliendo solo en mitad de la noche a perseguir una luz voladora azul.

Pasada la adrenalina inicial, cada paso que dio por el bosque, era una fuerte lucha contra el miedo que de repente sentía en ese oscuro lugar.
Y cuando apenas empezaba a pasarle la idea de abandonar, un olor de masmelou pasado por fuego empezó a llegarle.
Siguió el olor, y le llevó a un rincón llano, con un ligero cráter humeante al que le seguía un rastro que se adentraba en el bosque.

Era la hora de desenfundar las armas, así que sacó de su mochila la mini-pala de plástico con la que cavaba en el parque de la cuidad, y siguió el rastro.
Transcurridos varios, varios y varios metros, Tim empezó a escuchar el abrirse paso de "algo" o "alguien" o.."algo" por los matorrales, y tras apartar las últimas ramas, su linterna resplandeció sobre algo que hizo rebotar la luz como el metal reluciente a mediodía.

Bajó la luz al suelo, y ésta vez, el corazón se le paró (por lo cual, su madre también habría llamado a una ambulancia de haber estado allí).
Dados sus conocimientos como biólogo experto que era, no tardó en reconocer en frente suyo a un gigantesco escarabajo rinoceronte tan grande casi como la camioneta ranchera que tenían sus padres.
El bicho, lento y casi perezoso, seguía abriéndose paso por la maleza.
Tim volvió a iluminar al escarabajo, y pudo apreciar que su cubierta era cristalina, lisa, preciosa.
Era como cristal derretido que reflejaba todo su entorno como un espejo dando una sensación de invisibilidad.
Una Cabeza ancha y tosca, con un cuerno central mas grande que Tim.
Un cuerpo que parecía haber sido trazado por un maestro delineante, y seis patas gruesas y con pequeño pelillos que sin saber porque, le recordaban a un tanque militar.
Entonces pensó, que el tarro vacío de mermelada que llevaba en la mochila no serviría para capturar esa criatura.

Que hace un niño como él con algo como eso?
Solo pudo hacer una cosa. Seguirlo.
Tim anduvo durante horas arriba y abajo perdiéndose en el bosque siguiendo a su nuevo animal favorito que andaba tan lento, que hasta le daba tiempo ha sentarse unos minutillos mientras su amigo aún sin nombre, recorría metros. ¿Le habría visto siquiera?

Poco a poco, el cielo fue perdiendo su oscuridad, y a medida que se esclareció, una ligera llovizna empezó a regar el bosque, pero no a Tim, porque como explorador experto que era, ya sabía que debía llevar su chubasquero con él.
La lluvia cedió en su momento exacto. Y fue para cuando Tim y Rino cruzaban una pradera ente montañas. Y a ellos dos, se les unió el primer sol de la mañana.

El escarabajo se paro encima de una roca que sobresalía del campo. Y se quedó quieto.
Tim, observó como la luz del sol avanzaba dirección a ellos por el campo, hasta finalmente alcanzarlos.
Y entonces, ocurrió otro milagro.
Y es que, en un abrir y cerrar de ojos, tan pronto como la luz tocó la superficie mojada del escarabajo, un increíble arco iris se disparó hacia el cielo bañando los ojos de Tim de colores radiantes.
Tim dejó caerse al suelo para quedarse sentado en el suelo contemplando al escarabajo atónito. Iba totalmente en contra de lo que le habían enseñado! Los arco iris, salían de unas ollas llenas de oro!¡Pues no!
Y sin mas, la espalda del escarabajo se partió en dos y aparecieron inmensas alas transparentes que empezaron a aletear como si no hubiera un mañana, y el escarabajo despegó y desapareció en el cielo mucho antes de lo que a cualquiera le hubiera gustado.

Tim pasó sentado un buen rato, sin pensar en nada, en blanco.
Hasta que comprendió, que no lo quedaba otra que levantarse y volver a casa pues debía llegar a tiempo, para no perder el bus del cole.
Si, porque al fin y al cabo, había empezado un día como cualquier otro, y tocaba ir al cole como debía ir un niño. Uno como cualquier otro."

domingo, 14 de febrero de 2016

Carta 21 - Mi máquina del tiempo

Mi ambulancia es una máquina del tiempo.

Viajar al futuro y al pasado, es algo que hago a diario aunque muchos crean que todavía no existe tal posibilidad... Será porque nunca han trabajado donde yo.

Pero lo cierto es que lo hago día tras día.
Sentado en una "butaca" en mi base, me llaman por el walki:
-November blablabla (nombre de la ambulancia), servicio en Badalona. Calle blobloblo... Número tal, piso pascual... Nos alertan por...-
Y empieza el viaje.

Me subo a la ambulancia, abrimos luces, conectamos gps, empezamos algo del papeleo y en marcha.
Pon la sirena, que vamos a viajar 60 años al futuro.

En cuestión de 8 minutos nos hallamos ante un hombre de 82 años.
Se ahoga, sus pulmones estan llegando a su fin.
Trabajó en las minas desde los 15 y jamás usó mascarillas de protección.
Fuma desde los 14.
Y ahora, una gripe ataca a lo poco que sigue luchando por oxigenar la sangre.
Coje informes, pon oxígeno, y a viajar a ese punto donde todas las líneas del tiempo confluyen.
El Hospital.

Poco después volvemos a base, y nos llaman otra vez. Toca viajar 21 años atrás.
Ahora estamos frente a un crio de poco más de 1 año.
Convulsiona.

Y después de éste viajamos nuevamente 10 años al futuro.
Esta vez es otro hombre, de 42 años.
Se cayó hace una semana y media y le duele el codo.

Que és pues viajar en el tiempo?
Conocer el futuro, y conocer el pasado.
Y lo cierto es, que en mi ambulancia, cada día conozco más de ambos.

Conozco que pudo haberme pasado de pequeño si hubiera convulsionado por fiebre, si hubiese sufrido piel atópica, si hubiera tenido padres que no supieran que un bebé llora... Y conozco que pasará en el futuro si fumo, si mezclo alcohol con drogas, si intento suicidarme con paracetamols, si conduzco mirando el móvil, si acudo al C.A.P con un poco de fiebre y tos pasado los 50...


Así que qué voy a deciros?
Mi ambulancia es una máquina del tiempo.













jueves, 15 de octubre de 2015

Carta 20 - metal por metal, así, sin mayúsculas

In other words, la gente a matado con y por metal

Porque el mismo hierro con el que hoy se hacen las monedas en un día se forjaron las espadas, sabes?
Y con las espadas mataron, y por el dinero matan.

Y de hecho mataron con espadas por dinero cuando en las espadas mismas estaba el hierro de las monedas, lo cual, es un poco raro entonces verdad?

Y a nadie se le ocurrió jamas matar con monedas por espadas?
Hoy no son espadas, vale, son balas, vale?
Y si, vale, no es hierro, son otros metales, pero el metal es metal amigo, no te puedes comer ninguno de ellos así que a lo práctico son lo mismo. Y la gente sije matando por eyos. tal kual.

Así que al final es todo una paradoja, una de esas que entran en tu mente y se forma una espiral que te mantiene pensando esto y corre y corre y sigues dandole vueltas y al final el metal es metal, y la gente  se mata, y ya esta

miércoles, 4 de marzo de 2015

Carta 19 - Muerto



"Mi corazón ha marchado, y no se si volverá.
Hay algo en su sitio, ocupando su lugar.

He muerto.

En algún momento me han atrapado. He dejado de volar.
- Qué pasa? - me pregunto, - Qué ha salido mal? -

Me dije "por un tiempo" hace no se cuánto ya.
"Volverá a ser como siempre". Quién me lo dijo, ya no está.

Intento reconocerme desde un sitio bajo, vacío.
He muerto. Estoy perdido"

viernes, 21 de noviembre de 2014

Carta 18 - El cansancio de la existencia

" A todos nos agobian los "que haceres".
El deber, las obligaciones, los recados, favores, relaciones, trabajo, estudios... cuantas veces pensamos en nuestros sofás como antídoto?
Oh comodidad, done estás?

Pero lo cierto es que asentar tu culo en un cojín gigante, irte a dormir, o cualquier otra cosa no son la cura. Siempre hay algo. Siempre.

Cómo evadirse de todo? Donde está la verdadera tranquilidad?...

Donde relajarse mas que en la inexistencia?"